Cuando Brompton anunció la G-Line, lo recibimos con cierto escepticismo. De hecho, al principio nos posicionamos como haters. Sin argumentos, claro está. Somos muy fans de la Brompton urbana y su concepto de bicicleta plegable compacta para la ciudad. Y creíamos que la marca estaba traicionando, con la G-Line, su misión. Pero después de probarla, debemos decir que nos ha sorprendido muy positivamente. No solo mantiene la esencia de Brompton, sino que ofrece una solución perfecta para quienes desean una bicicleta versátil sin renunciar al plegado rápido y compacto.
La G-Line es ideal para aquellos ciclistas que desean explorar paisajes y terrenos más hostiles que el asfalto de la ciudad y que no pueden guardar una gravel en casa. Con esta Brompton puedes circular por pavimentos más difíciles sin tener que sacrificar espacio en el piso.



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Una de las mejores noticias es que la Brompton G-Line se pliega exactamente igual que una Brompton convencional. En menos de 20 segundos puedes convertirla en un paquete compacto para subirla al metro, guardarla bajo la mesa o llevarla a cualquier lugar. Además, las cuatro grandes easy wheels hacen que arrastrarla sea muy fácil.
Pero aquí hay una diferencia importante: el pedal izquierdo no se pliega como en otros modelos de Brompton. No es un problema porque se puede quitar y poner muy fácilmente para hacerla más compacta una vez plegada. Es una adaptación que tiene todo el sentido en este modelo más robusto que precisa de una pedalada fuerte.

La G-Line se mueve realmente bien en entornos urbanos, aunque sus ruedas más grandes la hacen un poco más lenta y pesada en asfalto en comparación con una Brompton tradicional. Pero la magia llega cuando sales de la ciudad:
En caminos de tierra, senderos y superficies irregulares, ¡la G-Line mola mucho! La combinación de ruedas más grandes y frenos de disco hidráulicos hace que te sientas mucho más estable y tengas más control de la situación. A continuación, enumeramos lo que para nosotros son los puntos fuertes y débiles de la Brompton G-Line.
✔️ Estabilidad en terrenos irregulares gracias a las ruedas de 20 pulgadas y un robusto manillar.
✔️ Frenada excelente con los frenos de disco hidráulicos, perfectos para cualquier situación.
✔️ Ocho marchas que se cambian fácilmente con una sola mano (la derecha).
✔️ Plegado rápido y compacto, igual que una Brompton convencional.
✔️ Transporte fácil una vez plegada con sus cuatro ruedecillas.
✔️ Cabe en cualquier piso pequeño (incluso en el maletero del coche), ideal para quienes no tienen espacio para una bicicleta más grande.
✔️ Pedal izquierdo desmontable, optimizando el plegado.
❌ Más lenta en asfalto, las ruedas más anchas ofrecen comodidad pero no velocidad.
❌ No cabe en algunos espacios donde sí lo hace una Brompton normal (maleteros de coches muy pequeños, bolsas de viaje…).
❌ Peso un poco superior, 2,5 kg más que la Brompton C Line.
❌ Precio más elevado (a partir de 2.849 € la G-Line y 3.999 € la G-Line eléctrica).
La Brompton G-Line no sustituye a la Brompton urbana, sino que la complementa. Si deseas realizar más salidas fuera del asfalto pero vives en un piso pequeño y no tienes espacio para una bicicleta gravel, esta es una alternativa excelente. No es la más rápida en asfalto, pero ganas en comodidad y versatilidad sin renunciar al plegado.
Si tienes dudas, te recomendamos probarla antes de decidirte. En Folding Bikes House (Consell de Cent, 72, Barcelona) puedes solicitar una prueba gratuita y comprobar por ti mismo si la Brompton G-Line se ajusta a lo que estás buscando.
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Fotos y textos: Bromptolona
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